El reality musical de OT 2009 se centra, cada vez más, en el jurado

miércoles, 10 de junio de 2009 en 1:49

Si es que no puede ser. Han seleccinado a unos chicos tan majos, obedientes, y de buen rollo, que no hay ningún mala historia entre ellos. Se lo pasan bien, trabajan codo con codo, se ayudan, y van superando sus obstáculos juntos evolucionando.

Y claro, esto para un reality musical, no funciona. La música es realmente un pretexto, lo que importa es la historia entre ellos, y hay que hacer algo para motivar y despertar interés.

Pues no queda más remedio que provocar la tensión desde el jurado, con Risto a la cabeza como un meteorito de incalculables consecuencias (no, todo, o casi todo está calculado en la televisión).

Si el año pasado era Risto el que provocaba las tensiones salpicando a Ángel LLacer como muy lejos, este año ha revuelto al jurado. Pero resulta que hay un problema, aunque a veces se le puede notar un poco a Risto su premeditación, es que la autenticidad del reality se pierde cuando los guionistas quieren lucirse e incluso meten a Tony Cruz, e interviene con descaro Jesus Vazquez. Cuando esto ocurre, la gracia se pierde, e incluso creo que Risto se puede dar cuenta, que para muchos, esto no es creible.

Risto es muy bueno, va demostrando que sabe de televisión, y la prueba es el tiempo que lleva, y cómo ha ido evolucionando para no convertirse en un personaje previsible que pudiera a llegar a aburrir.

Cuando el programa quiere lucirse, desde dirección y sus guionistas, la historia ya no cuela. Al menos para los sabemos de televisión. Esa repetida explicación de lo que le cuentan a Noemí por el pinganillo desde dirección, Jesús interviniendo para aclararlo y que si ha sido comentado fuera del programa como si hubiera sido algo muy trascendental, pues no, no se lo cree nadie.

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